LUNES, 30 MARZO 2020
¡Buenos días!!
Aunque seguimos en estado de alerta y
permanecemos en nuestras casas viviendo una situación muy excepcional, seguimos
en cuaresma. Esperamos que estéis disfrutando de este tiempo en familia, que
estéis valorando lo que es realmente importante, pasando tiempo con los que más
queremos y que sigáis creciendo espiritualmente.
En esta última semana de cuaresma queremos invitaros a
reflexionar sobre la importancia del perdón. Lleváis varias intentando
despertar y sacar vuestra mejor versión, solo nos queda un pasito para
lograrlo.
Seguro que, durante estas últimas semanas, mientras
intentabais miraros desde dentro, encontrasteis cosas que no os gustaron.
Seguro que habéis vivido alguna situación en la que habéis hecho algo que no
estuvo nada bien, o que os hicieron algo que os ha sentado muy mal. Pues hoy es
el momento de sacarlo afuera, de pedir perdón y de perdonar.
Os invitamos a que escribáis una carta a esa persona a la
que sabéis que habéis hecho daño, explicándole el motivo por el que obraste
así, pidiéndole perdón.
¡Ojo! Pedir perdón sin sentirlo no tiene sentido. Pedir
perdón sin acompañarlo de un cambio, tampoco lo tiene.
Para los más valientes, ¿y si esto lo hacéis en persona? ¿Y
si se lo decís a la cara?
REFLEXIÓN:
Esta semana vamos a ver cuál es el camino para poder
limpiar nuestro corazón y poder volver al corazón de Dios: reconocer que hemos
hecho mal, pedir perdón y aceptar de Él su misericordia. Hoy daremos el primer
paso ¿Qué creéis que podéis comenzar haciendo vosotros hoy para conseguir tener
bien limpio vuestro corazón?
PALABRA
DE DIOS:
Salmo 50,3-4. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu
inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
ORACIÓN:
Gracias, Señor, por tu Perdón y por tu Amor. Hazme
descubrir tu Espíritu en mi interior, que guíe mis palabras y mis actos, y me
acerque y una al hermano. Mantente siempre cerca cuando surja el conflicto y no
me permitas mantenerme enfrentado sino abierto al encuentro y al perdón.
Amén.
María Auxiliadora de los Cristianos…
MARTES, 31 MARZO 2020
Buenos Días!!!!
Ayer os sugeríamos que reflexionarais sobre la capacidad de
pedir perdón, hoy lo hacemos sobre la capacidad de perdonar. ¿Qué creéis que es
más fácil pedir perdón o perdonar?
A veces, las personas nos hacen daño sin saberlo, sin
querer, porque algo se les remueve por dentro y necesitan explotar con alguien.
O, simplemente, porque no tenían mala intención, pero os hicieron daño. ¿Habéis
probado a decirle a esa persona lo que os pasa? ¿Habéis intentado poneros en su
situación y entender por qué lo hizo? ¿Os habéis planteado la posibilidad de
perdonarlos?
Lo primero de todo sería decirle a esa persona lo que
sentís, abrir un diálogo, escuchar y hablar hasta llegar a un entendimiento,
luego tocará pedir perdón y perdonar.
Ya sabéis por donde vamos, creo que ya os oléis lo que os
vamos a proponer: ¿Nos ponemos en contacto con esa persona? ¿Nos animamos a hablar
con ella? ¿Sois capaces de perdonarla?
Os invitamos a que leáis esta parábola, seguro que os ayuda
a comprender lo que estamos trabajando esta semana:
REFLEXIÓN:
Dios tiene Corazón. Es Corazón. Y no
puede dejar que sus hijos vivan atrapados por la falta de amor. Como tantas
veces, el Evangelio nos da lecciones concretas de cómo amar, de la importancia
de la perseverancia en el perdón… El Padre nos enseña el camino del 70 veces 7.
Jesús nos lo muestra en su vida y en su muerte, él tiene el “limpiador” del 70
veces 7 que no deja huella de suciedad, de mancha, de actitudes que empañan el
gran amor que nos tiene. Vivamos desde esta clave, que no es nuestra, es del
Corazón de Dios.
ORACIÓN:
Señor, limpia mis heridas con tu gracia.
Ven, hasta lo más hondo de mi ser, ven, creo en tu palabra y tu poder. Dejando
todo atrás, quiero volver a empezar: restáurame, renuévame. Porque Tú, Señor,
todo lo haces nuevo.
Ayúdame Señor, en este camino hacia la
Pascua. Sé que caminas junto a mí en todo
momento. Yo también quiero continuar
este viaje Contigo.
Amén.
María Auxiliadora de los Cristianos…
MIÉRCOLES,
25 MARZO 2020
Suponemos que a estas alturas de la
semana tenéis ya más que identificado el perdón. El lunes os decíamos que el
perdón tiene que ir acompañado de arrepentimiento y de una propuesta de cambio.
No sirve de nada arrepentirme y pedir perdón si voy a seguir manteniendo la
misma actitud. Si hacemos esto seguro que volvemos a cometer el mismo error y,
como consecuencia, volveremos a hacerle daño a alguien.
Cuando nos arrepentimos de verdad
sentimos cosas en el estómago, se remueve y tenemos una sensación de malestar y
tristeza. En ese momento habréis identificado qué es lo que habéis hecho mal.
¿Cómo lo podéis cambiar? ¿Qué cambio podéis hacer en vosotros para que no
vuelva a ocurrir?
Hoy, en nuestro camino hacia la Pascua,
os invitamos a que reflexionéis y cambiéis todo aquello que no os gusta. Sería
bueno que siguierais con el trabajo que iniciamos el lunes ¿qué fue lo que
hicimos mal? ¿Qué podemos cambiar para no volver a herir a nadie? ¿Qué podemos
cambiar en nosotros?
Algo que no os contamos es que hacer
cambios implica renunciar. Estar pendiente de los demás implica renunciar. No
es una renuncia mala, es una renuncia generosa que os traerá muchas
recompensas. La primera y más importante es que os unirá mucho más porque el
amor, la solidaridad y la humanidad se harán visibles. ¿Acaso no es eso lo que
vino Jesús a enseñarnos?
REFLEXIÓN:
Un mirar hacia dentro que implica
gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don
recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas
de renuncia y gestos generosos, aunque nadie los vea o los reconozca. También
implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas,
de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal.
Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro,
reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres
(Laudato Sí 220).
ORACIÓN:
Señor, te pido luz para ver las raíces
profundas que el orgullo tiene en mi corazón.
Gracias por las veces que logro obrar
con humildad.
Ayúdame a repetir como aquel publicano
su sencilla oración:
“Dios mío, ten misericordia de mí, que
soy pecador”.
Amén.
María Auxiliadora de los Cristianos…
JUEVES, 01 ABRIL 2020
Buenos Días!!!!
Según la programación de los Buenos Días que hacemos desde el equipo de Pastoral a principio de curso, hoy no debería haber Buenos Días. La idea era, antes de la Semana Santa, como fin de nuestro camino de Cuaresma, dedicamos la semana al Perdón (eso sí lo hemos hecho), y hoy tocaría celebrar juntos, por clases una Celebración del Perdón, donde compartir cómo ha sido este camino.
Obviamente, esto no lo podemos hacer, así que toca improvisar.
Y lo que se nos ocurrió fue, ya que hemos dedicado la mitad de la semana a pedir Perdón...por qué no dedicamos este día a DAR LAS GRACIAS?
Os proponemos coger la carta que hicimos el lunes y, a continuación, escribir todas aquellas cosas que se nos ocurra a las que les debemos un agradecimiento.
- Piensa en tu vida...¿qué cosas valoras? ¿qué crees que es especialmente bueno en tu vida?
- Ahora piensa en las personas, y dedica un ratito en dar gracias a Dios por la presencia de esas personas en tu vida (como decíamos el lunes, también hoy estaría bien que reconociéramos a esas personas directamente lo importantes que son en nuestra vida...igual es buen momento para decir "te quiero")
- Finalmente piensa en las cosas que echas de menos por tener que estar en casa...seguro que te salen cosas que normalmente, no nombrarías...da gracias por tener esas cosas en tu vida (porque muy pronto, seguro, vamos a poder disfrutar de ellas), y aprende a valorar todas esas pequeñas cosas... gracias por el aire en la cara, por la playa, por poder correr hasta cansarnos, por esos ratitos de pachanga con los amigos, por los chistes en persona (muchos pierden la gracia al hacerlos por whatsapp)....
Puedes ponerte música para hacer esta reflexión...por ejemplo, ésta:
ORACIÓN:
VIERNES, 02 ABRIL 2020
Buenos días!!!!!
Como sabéis, con esta semana terminamos la Cuaresma y empezamos las vacaciones de Semana Santa. Hemos hecho nuestro camino de Cuaresma, hemos pedido Perdón, hemos dado Gracias.
Como todos los viernes, os traemos la Palabra del domingo, una de las más populares...¿os acordáis de qué se celebra este domingo? Leamos el Evangelio, a ver si los que están despistados..."caen de la burra":
REFLEXIÓN-EXPLICACIÓN: A las puertas de la semana grande para los
cristianos nos paramos para vivir junto a Jesús y sus discípulos estos días complejos. Una
gran fiesta, rodeado de gente que le aclama como Rey, como Salvador. La gente ha
puesto en él expectativas. Lo que todavía no
saben los que gritan y llevan palmas es que,
en pocos días, estarán gritando ¡Crucificadle!
Nosotros seguimos a Jesús, intentamos vivir
el Evangelio y muchas veces le cantamos, le
alabamos… Y otras muchas veces, le dejamos
de lado en los momentos más importantes.
Pasamos de largo ante quién nos necesita, le
damos más importancia a nuestros horarios y
esquemas que a las necesidades de los que
nos rodean. Los deseos de construir un mundo más justo se disipan y perdemos
fuerza.
Jesús nos enseña la importancia de la coherencia personal, que le lleva a entregar su vida
hasta el final, abandonado, traicionado.
¿A
cuántos en nuestra sociedad traicionamos, negándoles nuestra fraternidad, nuestro apoyo?
Jesús intuye cuales pueden ser las consecuencias de esa vida coherente, y sigue adelante.
Que tu comodidad e imagen no te impida
montarte en un burro y caminar hacia la entrega de tu vida en tu “aquí y ahora”.
ORACIÓN:
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