MARTES, 29 MARZO 2022
Buenos días: ¿Qué tal este larguísimo fin de semana? ¿Hemos cogido fuerzas? Ánimo que nos queda poquito para celebrar una se las semanas más importantes: la semana santa, que nos llevará a la Fiesta de la Vida. A la Resurrección.
Comenzamos la cuarta semana. ¡Cómo pasa el tiempo, ¿verdad? Hace poco nos encontrábamos en el JUEVES DE CENIZA diciendo que queríamos “convertirnos”, que es lo mismo que decir que queremos cambiar el guion de nuestra vida, porque la Pascua de Jesús nos da una nueva oportunidad para mejorar. “Conviértete y sé mejor”, nos recordaban hace unas semanas ¿Cómo lo llevamos? Estamos en el ecuador de la Cuaresma, ¿han resonado en nuestro corazón esas palabras? ¿Seguimos en modo robot y no nos hemos detenido aún a pesar en ello o estamos quitando de nuestro corazón lo que no le deja latir? Hay que seguir adelante en nuestro viaje sin darnos por vencidos. La semana pasada hablábamos de la vocación. ¿Has descubierto a qué te sientes llamado/a?... sigue buscando y encontrarás las señales.
¿Alguno quiere leer en voz alta este texto?
El amigo del Hijo
Era la reunión
del domingo por la noche de un grupo apostólico en una parroquia. Después de
entonar unas canciones, el sacerdote de la iglesia se dirigió al grupo y
presentó a un orador invitado; se trataba de uno de sus amigos de la infancia,
ya entrado en años.
Mientras todos lo seguían con la mirada, el anciano ocupó el púlpito y comenzó
a contar esta historia:
"Un hombre, su hijo y un amigo de su hijo estaban navegando en un velero a
lo largo de la costa del Pacífico, cuando una tormenta les impidió volver a
tierra firme. Las olas se encresparon a tal grado que el padre, a pesar de ser
un marinero de experiencia, no pudo mantener a flote la embarcación, y las
aguas del océano arrastraron a los tres."
Al decir esto, el anciano se detuvo un momento para mirar a dos adolescentes
que recién mostraban interés; y continuó su relato:
"El padre logró agarrar una soga, pero luego tuvo que tomar la decisión
más terrible de su vida: Escoger a cuál de los dos muchachos tirarle el otro
extremo de la soga. Tuvo sólo escasos segundos para decidirse. El padre sabía
que su hijo era un buen cristiano y que el amigo de su hijo no lo era. La
agonía de la decisión era mucho más grande que los embates de las olas."
"Miró en dirección a su hijo y gritó: ¡TE QUIERO, HIJO MÍO!; después de
gritar, volteó en dirección al amigo y le tiró la soga... En el tiempo que le
tomó al muchacho llegar hasta el velero volcado, su hijo desapareció bajo los
fuertes oleajes en la oscuridad de la noche. Jamás lograron encontrar su
cuerpo."
Los dos adolescentes estaban escuchando con suma atención, atentos a las
próximas palabras que pronunciara el orador invitado.
"El padre" -continuó el anciano- "sabía que su hijo pasaría la
eternidad con Cristo, y no podía soportar que el amigo de su hijo no estuviera
preparado para encontrarse con Dios. Por eso sacrificó a su hijo. ¡Cuán grande
es el amor de Dios que lo impulsó a hacer lo mismo por nosotros!"
Dicho esto, el anciano volvió a sentarse, y hubo un tenso silencio. Pocos minutos
después de concluida la reunión, los dos adolescentes se encontraron con el
anciano. Uno de ellos le dijo cortésmente:
"Esa fue una historia muy bonita, pero a mí me cuesta trabajo creer que
ese padre haya sacrificado la vida de su hijo con la ilusión de que el otro
muchacho algún día decidiera seguir a Cristo."
"Tienes toda la razón", le contestó el anciano mientras miraba su
Biblia gastada por el uso. Y mientras sonreía, miró fijamente a los dos jóvenes
y les dijo:
"Pero esa historia me ayuda a comprender lo difícil que debió haber sido
para Dios entregar a su Hijo por mí. A mí también me costaría trabajo creerlo
si no fuera porque el amigo de ese muchacho que fue devorado por las aguas era
yo."
REFLEXIÓN:
Hoy no digas nada. Solo piensa,
Intenta ponerte en el lugar de alguno de los protagonistas.
¿Qué palabra viene a tu cabeza?
ORACIÓN:
Señor, Tú tienes misericordia de nosotros
te fijas en cómo caminamos:
unas veces no sabemos muy bien el camino, otras nos equivocamos,
la mayor parte de las veces decidimos no caminar.
Da fuerza a nuestra vida, llena nuestros pasos de sentido,
haz que nuestro camino nos hable de ti, de tu bondad y tu perdón.
Señor, esta Cuaresma queremos caminar CONTIGO. Amén.
MIÉRCOLES, 30 MARZO 2022
Seguimos mirando a nuestro interior. Hoy os proponemos una canción. Nos habla de ofrecer el corazón. Cuando todo parece que está perdido, siempre podemos entregar lo mejor de nosotros mismos. Escuchemos:
Resuenan palabras como: “cambiar esta, nuestra casa” la casa común. No será tan fácil como parece, pero seguro que merecerá la pena.
REFLEXIÓN:
¿Qué crees tú que tenemos que cambiar?
¿Qué puedes cambiar tú?
¿Recuerdas eso del ayuno, limosna y oración…?
ORACIÓN:
ABRIR EL CORAZÓN A LOS DEMÁS
Quiero tomar conciencia de lo que no soy, y de lo que soy,
Quiero poner en mi vida razones profundas que me hagan vivir.
Quiero tener motivaciones sanas que me eleven a la altura,
Quiero tener voluntad propia a la hora de decidir.
Quiero, Jesús, dejar la arena y apoyarme en roca firme.
Quiero ser original y no copiar modas,
Quiero ser auténtica/o y no perder mi verdad por la imagen barata.
Quiero ser valiente, enérgica, decidida y no andar en duda continua.
Quiero, Jesús, ser yo.
Ábreme el corazón a la escucha desde el silencio.
Ábreme el corazón al contacto de tu Palabra.
Quiero estar contigo a solas, en paz y en silencio porque sé que me amas.
JUEVES, 31 MARZO 2022
Hoy comenzamos con un vídeo:
Diariamente son muchos los gestos, pequeños gestos, que podemos hacer para ser solidarios y ayudar al otro. A veces solo es cuestión de proponérselo. Poner la mano para que se abra el ascensor, sujetar un globo, ayudar a un desconocido con su carro de la compra, apoyar económicamente algún proyecto de voluntariado… Tal vez nos pase como al protagonista de este cortometraje, necesitamos que alguien, desde fuera, nos tienda una mano y nos haga sentir útiles y que nuestras manos son verdaderamente poderosas cuando ayudamos.
Pensemos en unos segundos qué acciones podemos realizar para ayudar a quienes se acercan a nosotros, aunque no los conozcamos… Seguro que después de realizarlas también nos sentiremos felices.
EN UNA NUBE, SEÑOR
Estoy aquí, Señor, cerca de ti, pero no te veo.
Estoy aquí, Señor, a tu lado, pero no te pienso.
Estoy aquí, Señor, casi tocándote, pero no te siento.
Estoy aquí, en una nube, Señor.
Y es que me recorre un escalofrío;
es que estoy lleno de incertidumbre;
es que me asusto y no sé qué hacer;
porque no sé dónde estás, no sé cómo encontrarte,
porque no sé quién eres ni de qué modo buscarte.
Quizá no te escuche,
Quizá no descifre tus señales;
Quizá me parezca todo tan difícil…
Quizá no quiera verte, pensarte ni sentirte…
Quizá esté a gusto aquí, en una nube, Señor.
En la nube, Señor, dame claridad para caminar firme en ti
y reconocer tus signos.
En la nube, Señor, dame valor para afrontar lo que cada día
pones en mi paso.
En la nube, Señor, dame entrega para alabarte
y hacerte vida en mi vida.
En la nube, Señor, dame decisión,
para abrir mis manos a tu Cruz.
Señor, ayúdanos a
sembrar alegría a
nuestro alrededor.
Esta Cuaresma
queremos dejar de
quejarnos
constantemente
para dar color al
mundo.
VIERNES, 01 ABRIL 2022
Sí el mundo está gris, decíamos ayer, nos acercamos al domingo de la V SEMANA de Cuaresma.
El domingo, en las lecturas de la EUCARISTÍA, nos recordarán que NADIE puede juzgar a nadie.
(recordamos el itinerario de esta cuaresma)
Seguimos impresionados por la guerra. Parece que no va a acabar nunca, pero no solo aquí, en Europa, hay otras muchas guerras que no salen en las noticias, o que ya han perdido actualidad, pero que siguen latentes.
Hoy, viernes, último día de la semana, recordamos que el viernes pasado, día de la Anunciación, el Papa Francisco consagró durante la Celebración de la Penitencia que presidió en la Basílica de San Pedro, a Ucrania. Rusia y Ucrania están en el corazón de una Madre, como tantos otros lugares. Todos sabemos la situación que nuestro mundo está atravesando. Nos unimos al deseo del Papa y confiamos a María todo el dolor que esta guerra está produciendo…