Como decíamos ayer, esta semana comenzamos nuestros cuarenta días de
Cuaresma, cuarenta días de preparación para Pascua. Como solemos hacer en los TIEMPOS FUERTES, también esta cuaresma dedicaremos los viernes a detenernos en la Palabra de Jesús. Una vez más, FUERA PREJUÍCIOS...porque si abrimos la mente, son muchas las cosas que podemos aprender, y descubrir que la Biblia no es un "libro rancio", si no que lo que Jesús nos enseña está más avanzado (es más moderno) que muchos de nosotros. Vamos allá!
El Evangelio de esta semana nos habla
de protegernos contra algunos de los virus de los que presentábamos ayer: el de creernos
superiores a los demás e ir pregonándolo, el de no hacer las cosas de corazón
si no para que los demás nos cuelguen medallas. En cambio, el Señor nos invita
a hacer el bien desde la humildad, desde el silencio porque Dios que ve en lo
escondido de nuestro corazón nos recompensará.
Vamos a empezar VIENDO LA PALABRA. El siguiente dibujo la resume muy bien...a ver si somos capaces de entenderla:
Intentamos entre todos ver qué quiere decir...a continuación, lo que dice el Evangelio:
Lectura del santo evangelio según san Mateo
(6,1-6.16-18):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia
delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis
recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes
tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las
calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su
recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no
sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en
secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a
quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas,
para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su
recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu
cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre,
que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como
los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que
ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la
cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu
Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te
recompensará».
Palabra del Señor
REFLEXIÓN: comenzamos la Cuaresma, tiempo para volver nuestro rostro y nuestro corazón a Dios y a los hermanos. En este tiempo reflexionamos sobre el verdadero sentido de nuestra vida:
¿Quién soy yo y para qué estoy en este mundo?
¿Estoy viviendo para Dios y para la comunidad?
¿Cuántos virus tengo de los que hablábamos ayer?
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