LUNES, 20 DICIEMBRE 2021
Buenos días!!!
ENCENDEMOS 4 VELAS DE LA CORONA DE ADVIENTO (morada, roja, rosa y BLANCA)
Efectivamente, después del 4º domingo de Adviento encendemos ya 4 velas. La última, la blanca, es el símbolo de Jesús: NOS ACERCAMOS A SU NACIMIENTO.
Para hoy traemos el trabajo personal del 4º domingo de Adviento:
Leamos la Palabra:
Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la
montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En
cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó
Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "Bendita tú entre las
mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la
madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de
alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el
Señor se cumplirá."
REFLEXIÓN PERSONAL (en el recuadro del dibujo): la Palabra nos habla de María, madre por encima de todo, verdadero sentimiento de Navidad-Natividad: ¿cuál es el valor de Navidad que necesito reforzar este año?
Terminamos hoy con otro de los vídeos que han realizado para el Adviento los compañerxs de 4º de la ESO. Aprovechamos este momento para reconocer el trabajazo que han hecho...MIL GRACIAS, SOIS UNOS CRACKS!!!!!!
MARTES, 21 DICIEMBRE 2021
Buenos días!!! ¿A QUÉ HUELE???
A VACACIONES DE NAVIDAD!!!!!
Tenemos un largo día de fiesta por delante, y, como estamos acostumbrados, lo empezaremos con una celebración:
Carlitos era un niño muy pequeño, lento y torpe, y aunque
siempre se esforzaba era muy malo en los deportes. No tenía amigos y siempre
estaba solo. Los demás niños de su calle le llamaban “tonto”. Jugaba en los
columpios todas las tardes y, eventualmente, siempre llegaba alguien a
molestarle.
- Pues sí que tienes la frente grande… ¡y no sabes lanzar ni
un balón!, le decían todo el tiempo para molestarle.
Sin embargo, él, que era muy paciente, les sonreía de modo
que estos niños se aburrían y se iban. Uno de ellos era más pesado de lo normal
y no perdía la oportunidad de humillar al pobre Carlitos. Su nombre era Joaquín
y era tan grande y fuerte como una muralla. No había en todo el parque un niño
que se le enfrentará. Por alguna razón, no hacía otra cosa que molestar a
Carlitos y amenazaba a los demás niños para que no hablaran con él.
- ¡Quien se atreva a hablar con Carlitos, mi puño
descubrirá! – decía Joaquín.
Como en el parque le tenían mucho miedo, nadie se atrevía a
desafiarlo y Carlitos jugaba solo en sus columpios día tras día. Pero no sólo
hacía que todos se alejaran, sino que, además, Joaquín, le lanzaba balones de
fútbol a la cara y lo empujaba cada vez que pasaba junto a él. A pesar de eso,
el dulce Carlitos nunca perdía la paciencia.
Todo hasta que un día Joaquín fue demasiado lejos empujando
muy fuerte el columpio de Carlitos. El pequeño niño salió volando, tanto, que
cayó al suelo rompiéndose las gafas. En uno de sus bracitos también sentía algo
de dolor.
Solo entonces, finalmente, Carlitos comenzó a llorar:
- ¡Miren todos, Carlitos es un llorón! —gritó Joaquín, al
ver sus lágrimas brotar.
Carlitos salió corriendo mientras todos se reían y juró que
nunca más regresaría a ese parque.
Y así fue, porque nunca nadie volvió a verlo en el parque e
incluso corrieron rumores de que su familia se había mudado a otra parte.
Pasados los años, tanto Joaquín como Carlitos crecieron y
cada uno hizo su vida por su lado. Pero un día, Joaquín tuvo un accidente con
su bici. Justo antes de una curva se distrajo, y sin darse cuenta, tropezó con
un palo. Intentó ponerse de pie, pero el tobillo le dolía demasiado, incluso
tenía en la pierna un enorme bulto morado.
No había nadie cerca que le pudiese ayudar, lo que hizo a
Joaquín desesperarse. Comenzó a llorar con fuerza, pero nadie parecía
escucharle, hasta que a lo lejos vio a un niño que se acercaba. Joaquín no
podía creer lo que estaba viendo: ¡era Carlitos!
- Joaquín, ¿te ocurrió algo malo? —preguntó Carlitos
ofreciéndole la mano.
- ¿Tú no te habías mudado? —respondió Joaquín tomándole la
mano.
Carlitos le ayudó a levantarse y le preguntó cómo podía
ayudarle. «¿Por qué se portaba tan bien este niño con él, después de todo lo
que le había hecho? ¿No recordaba el empujón del columpio?»
- ¿Qué es lo que planeas? ¿Acaso no recuerdas que hace unos
años me burlé de ti y te llamé “llorón”?
Entonces Carlitos reventó de la risa mientras le daba a su
compañero una palmada en la espalda:
- Hay dos clases de personas en este mundo: las que cuando
son heridas quieren hacerse más fuertes y las que pierden el rumbo.
Joaquín, muy sorprendido, comprendió las palabras de
Carlitos. De hecho, viéndolo de esa forma, casi parecía un héroe.
- Aun así, ahora estás ayudándome…
- Que tú hayas sido malo conmigo, no quiere decir que yo
tenga que serlo con nadie.
Fue en ese momento cuando Joaquín entendió lo fuerte que era
Carlitos a pesar de ser pequeño.
Y así, de repente, sin mediar palabra, le pidió que fueran
amigos.
Miré dentro y pensé que algo debe cambiar
No puedo caminar con rencor en la piel y en los ojos la sal
Confiar otra vez en la humanidad
Disfrutar de tus besos, oler en tus manos toda tu bondad
Lo cierto es, me hiciste mal
Lloré ríos, bebí crueldad
Me equivoqué, no supe amar
Quiero aprender a andar en la verdad
Encontrar la razón de las horas perdidas
Entender el perdón como un gesto de amor para toda la vida
Aceptar que hoy es hoy y que ayer fue pasado
Que aprender a vivir es saber descubrir que el futuro está
actuando
Olvidar el dolor de palabras hirientes
Y cambiar la razón: ojos que no te ven, corazón que te
siente Entregarme a la luz cuando llegue el momento
Y buscarte en mi alma, encontrarte, saber y sentir que no
tengo
No quiero que me duelas más
Ni esperar nunca nada de ti
Quererte, así, sin disfrazar
Dejando a un lado el mal que viví
Encontrar la razón de las horas perdidas
Entender el perdón como un gesto de amor para toda la vida
Aceptar que hoy es hoy y que ayer fue pasado
Que aprender a vivir es saber descubrir que el futuro está
actuando
Olvidar el dolor de palabras hirientes
Y cambiar la razón: ojos que no te ven, corazón que te siente
Entregarme a la luz cuando llegue el momento
Y buscarte en mi alma, encontrarte, saber y sentir que no
tengo.
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