«El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado»
(GE, 122)
La santidad también es para los jóvenes
Esta semana “toca” hablar de la santidad. Ayer no tuvimos cole porque celebramos una fiesta muy bonita: LA DE TODOS LOS SANTOS. ¡Y todos nosotros podemos serlo!
Hoy, la Iglesia recuerda a todos los que ya están en el cielo. Pero nosotros vamos a unir las dos fiestas, porque muchos de nuestros seres queridos que YA están en el cielo, seguro que nos han dejado un precioso testimonio de lo que es ser SANTO, aquí en la tierra.
Fijaos:
Santos son aquellas personas que destacan por sus virtudes y son como modelos capaces de mostrar a los demás un camino ejemplar. Como, según la Biblia, Dios es amor, la principal virtud de los santos es, en consecuencia, su capacidad de amar a Dios y a los demás seres humanos. Pues hay gente que vivió y vive siendo transmisores de alegría, de júbilo, hacen del trabajo diario motivo de felicidad propia y ajena, contagian amor y viven su día a día con mucho amor.
Jesús no nos quiere perfectos, pues muy bien sabemos que la perfección plena escapa de nuestras humanas posibilidades, sino grandes en amor. Esto no significa otra cosa que poner la propia vida al servicio de los demás, entregarse por puro amor a Dios y a nuestros hermanos, con quienes compartimos camino en nuestra historia personal. Y, además, hacerlo con profundo sentido de alegría, con gozo, pues se trata de la mejor y más noble ofrenda a Dios.
No es extraño que, cuando Don Bosco recibió en Valdocco al jovencísimo Domingo Savio, le hizo saber que, en clave salesiana, la santidad consiste en estar siempre alegres.
- Alegres en el Señor.
- Alegres en la vivencia de la comunión fraterna con quienes nos rodean.
- Alegres en el ejercicio de nuestras responsabilidades personales y sociales.
- Alegres en cada instante, pues un corazón alegre irradia felicidad, contagia optimismo y llena el entorno de esperanza y amor.
- Alegres, siempre alegres.
Por eso, la llamada del Papa Francisco que encabeza estos buenos días es a llenarnos de esta alegría que da sabernos llamados por Jesús a la santidad.
Nos quedamos con esta frase que el mismo D. Bosco lanzó como programa de vida a sus jóvenes:
"La alegría, el estudio y la piedad son el mejor programa para hacerte feliz y el que más beneficiará a tu alma. A Dios le agrada que le sirvan con agrado, porque haciéndolo con alegría y de corazón se ama más a Dios".
Terminamos con este canto a la vida, porque ser santo, no significa ir con cara de “amargao” por la vida, sino todo lo contrario, disfrutando de todo lo que la vida nos regala
(A mí me gusta la Vida- Funambulista)
A mí me gusta salir a la calle
La buena gente de luz encendida
Los corazones que no caben dentro
Ay, cómo me gusta la vida
La primavera de brazos abiertos
Y las canciones que no son mentira
Ese milagro que vive en los besos
Ay, cómo me gusta la vida
Ir donde nos lleve el viento
Donde los sueños nos gritan
Donde me dicen de siempre amor
A mí lo que me gusta es eso
Ponerme a sonreír sin medida
Mojarme hasta calarme los huesos
Ay, a mí me gusta la vida
Culpable de sentir, lo confieso
Saber que siempre sana la herida
Si no hay por donde ir me lo invento
Ay, a mí me gusta la vida
Me gus-me gus-me gus-me gus, me gusta, me gusta la vida
Me gus-me gus-me gus-me gus, me gusta, me gusta la vida
A mí me gusta vivir el momento
Robarle tiempo a cualquier despedida
Salir detrás si alguien sale corriendo
Ay, cómo me gusta la vida
Saber que sientes lo mismo que siento
Saber jugar y empatar la partida
Saber también escuchar al silencio
Ay, cómo me gusta la vida
Ir donde nos lleve el viento
Donde los sueños nos gritan
Donde me dicen de siempre amor
A mí me gusta la vida
A mí lo que me gusta es eso
Ponerme a sonreír sin medida
Mojarme hasta calarme los huesos
Ay, a mí me gusta la vida
Culpable de sentir, lo confieso
Saber que siempre sana la herida
Si no hay por donde ir me lo invento
Ay, a mí me gusta la vida
Te gusta, te gusta, te gusta, te gusta
Te gusta, te gusta, te gusta
Me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, ay
A mí lo que me gusta es eso
Ponerme a sonreír sin medida
Mojarme hasta calarme los huesos (funambulista)
Ay, a mí me gusta la vida
Culpable de sentir, lo confieso
Saber que siempre sana la herida
Si no hay por dónde ir, me lo invento
Ay, a mí me gusta la vida
Culpable de sentir, lo confieso
Saber que siempre sana la herida
Ay-ay-ay-ay, a mí me gusta la vida
A mí lo que me gusta es eso
Sin medida
A mí me gusta la vida
Me gus-me gus-me gus-me gus-me gus-
Me gusta la vida
Ayer terminamos con un canto a la vida … una letra preciosa:
“A mí me gusta salir a la calle
La buena gente de luz encendida
Los corazones que no caben dentro…”
“A mí lo que me gusta es eso
Ponerme a sonreír sin medida
Mojarme hasta calarme los huesos…”
“Ir donde nos lleve el viento
Donde los sueños nos gritan
Donde me dicen de siempre amor…”
Pues, fijaos, si hay una persona que SALIÓ a la calle, y OBSERVÓ y le impresionó lo que VIO… fue la …
La Madre Teresa de Calcuta, uno de los personajes históricos más importantes del siglo XX. Su trabajo como misionera religiosa la llevó a ayudar a las clases más desfavorecidas de la India, dándose a conocer en todo el mundo por su inmensa pasión por las labores humanitarias.
¿Sabías que en realidad la madre Teresa no nació con ese nombre? ¿Conoces su país de origen y cómo llegó hasta la India? La figura de esta gran mujer que recibió el premio Nobel de la Paz es parte de la historia más reciente, te invitamos a que la conozcas:
Y terminamos con esta invitación a aprovechar la VIDA.
Vamos a leer este poema de M. Teresa en silencio y después lo reconstruimos entre todos, diciendo cada uno/a una frase, empezando por el principio, pero de manera espontánea,
¿con qué frase te quedarías tú?
Cuál es…
El día más bello: hoy.
La cosa más fácil: equivocarse.
El obstáculo más grande: el miedo.
El error mayor: bajar los brazos.
La raíz de todos los males: el egoísmo.
La distracción más bella: el trabajo.
La peor derrota: el desaliento.
Los mejores profesores: los niños.
La primera necesidad: comunicarse.
Lo que hace más feliz: ser útil a los demás.
El misterio más grande: la muerte.
El peor defecto: el malhumor.
La persona más peligrosa: la mentirosa.
El sentimiento más ruin: el rencor.
El regalo más bello: el perdón.
Lo más imprescindible: el hogar.
La ruta más rápida: el camino correcto.
La sensación más grata: la paz interior.
El resguardo más eficaz: la sonrisa.
El mejor remedio: el optimismo.
La mayor satisfacción: el deber cumplido.
La fuerza más potente del mundo: la fe.
Las personas más necesarias: los padres.
La cosa más bella de todas: EL AMOR.
Beata Teresa de Calcuta
VIERNES, 04 NOVIEMBRE 2022
San Carlos Borromeo
La Iglesia católica homenajea hoy, jueves 4 de noviembre, en su santoral al cardenal italiano San Carlos Borromeo. Sobrino del Papa Pío IV, a San Carlos Borromeo se le considera una de las figuras claves en la Contrarreforma.
Quizá nos pille un pocolejos en el tiempo,
pero hay otros Carlos… más cercanos a nosotros que también son santos.
En esta semana que estamos tratando sobre la SANTIDAD, hoy os presentamos a CARLO ACUTIS, quizá alguno de vosotros ya lo conozcáis, para los que no, os decimos quien fue:
“EL SANTO DE INTERNET”
“Todos nacen como originales; pero todos mueren como fotocopias”. (Carlo Acutis)
La semana pasada hablábamos de los misioneros, Carlos nos enseña que hoy, aquí y ahora, también podemos serlo.
“Carlos, llevando adelante el eslogan de su personal originalidad, quiere poner en evidencia que toda vida puede comunicar a Cristo a los demás y que cada uno está llamado hacerlo con su propia manera de ser. Comprendió que es indispensable hacer un gran esfuerzo misionero para anunciar el Evangelio a todos. Su objetivo, en efecto, fue el mismo que el de los verdaderos misioneros: llegar a cuantas más personas se pueda para dar a conocer la belleza y la alegría de la amistad con el Señor, disfrutando al mismo tiempo de todo aquello que el mundo puede ofrecer”.
Que nuestra Madre Auxiliadora nos dé la fuerza para saber estar alegres en todo momento y sonreír porque sabemos que Jesús es nuestro Amigo.
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