ESO-BBDD semana del 4 al 8 ABRIL 2022

LUNES, 04 ABRIL 2022
 
"Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar" — Mahatma Gandhi
 
Buenos días en esta última semana del segundo trimestre.
 
- Lejos ya de exámenes … queremos centrarnos esta semana en EL VALOR DEL PERDÓN.
- Vamos a tener la posibilidad de acceder al sacramento de la Reconciliación.
- Vamos a aprovechar la oportunidad que nos Dios da de comenzar de nuevo.
- Vamos a prepararnos bien para celebrar esa fiesta de la Vida, que es la Resurrección y de la que hablamos la semana pasada.
- Vamos a ver que DIOS HACE TODAS LAS COSAS NUEVAS.
 
Hace 40 días nos propusimos ser “caminantes”, recorrer un camino que PASO A PASO iba a llevarnos a la Pascua. Caminar con Dios es un viaje inesperado: no sabemos muy bien qué nos vamos a encontrar, las dificultades que aparecerán en el camino, los buenos momentos que viviremos. Pero estamos seguros de que, en todos los momentos, Dios estará presente: animándonos en la dificultad, alegrándose con nosotros en los buenos instantes. 
 
A veces nos equivocamos, a veces no nos queremos mover, a veces nos vence la pereza, la indiferencia… siempre hay tiempo de recuperar lo perdido, de volver a empezar.
 


 
REFLEXIÓN:
 
¿Qué entiendes por el perdón? ¿Es fácil perdonar?
¿Tú tienes que perdonarte algo a ti mismo/a? ¿y a los demás?
Para pedir perdón, primero tenemos que perdonarnos nosotros…
 
 
ORACIÓN: OPORTUNIDAD DE CONVERTIRNOS
 
¡Danos, Señor, ¡otra oportunidad!,
otra posibilidad de convertirnos,
otra ocasión de empezar de nuevo.
Ya sé que hay días en que tienes motivos
para desesperar de nuestra tierra.
Hace ya veinte siglos que tu Palabra se hizo carne:
¡veinte siglos en los que no has dejado de gritamos:
«Convertíos y creed la Buena Noticia»!
Y nosotros seguimos agrediéndonos y haciéndonos sufrir mutuamente,
inventando armas cada vez más perfectas para matarnos unos a otros,
explotando las riquezas de la tierra sin ser capaces de compartirlas,
dejando que millones de seres humanos mueran de hambre,
ignorando la soledad de nuestro vecino...
Más de veinte siglos llevas tú enviando a cada generación
profetas que griten en nuestro desierto:
«¡Dad frutos que den fe de vuestra conversión!».
 

MAÑANA Y PASADO TENDREMOS
LA OPORTUNIDAD DE RECIBIR
EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN. ¡APROVÉCHALO!
 
 
 
 

 
 
MARTES, 05 ABRIL 2022
 

Decíamos ayer que “Caminar con Dios es un viaje inesperado”. Hoy queremos preparar ese camino. Los que hacen el Camino de Santiago saben lo importante que es tener un buen calzado para hacerlo. No todo calzado sirve para caminar, y para caminar durante horas. No todo calzado es apropiado. Ni todo calzado, por muy bueno que sea, es capaz de resistir las dificultades, las subidas y las bajadas de la vida.
 
Vamos a pensar un poco en el tipo de calzado que nos gustaría utilizar en nuestro camino:
 

1. Están los que van de “estupendos” por la vida y se pasan el día en sandalias, como si estuvieran de vacaciones. Son los que les gusta aparentar de “pies”, de “caminar”, pero no se dan cuenta de que ese tipo de calzado no es el apropiado para las dificultades. Quedan muy monas (las sandalias), te dan un aire de estar todo el día en la playa, pero con las sandalias aguantas muy poquito, a no ser que te niegues a caminar largas distancias. Las sandalias son el símbolo de una vida ligera, light, en la que prima la comodidad sobre el esfuerzo. Si no queremos “acomodarnos”, y dejar “que la vida nos lleve” tendremos que dejar las sandalias y buscar un calzado mejor.
 

2. Están también los que, aunque dicen querer caminar, lo que en el fondo les gusta es correr por la vida, sin disfrutar de cada uno de los momentos. Son los que se calzan las deportivas en cuanto pueden para cumplir, para acumular distancia, para recorrer el camino lo más rápido posible. Muchos sabemos que, aunque parecen cómodas, este calzado no es el apropiado para las grandes distancias: enseguida se te calientan los pies, por las prisas que llevas, salen ampollas, porque no terminan de adaptarse a nuestros pies. Las deportivas son el símbolo de aquellos que pasan por la vida sin más, y dejan pasar las oportunidades, a toda prisa pensando en las vacaciones de Semana Santa, sin que la Cuaresma les transforme.
 

3. En tercer lugar, están los que asumen que la Cuaresma es un mero trámite, un paseo. Son los que se ponen las zapatillas “urbanas”, las de un paseíto, las de salir por la noche o las de lucir por la ciudad. Estas zapatillas no sirven ni para ir a la playa (como las sandalias), ni para correr (casi no tienen suela, todas las piedras se clavan), ni para andar grandes distancias, sino lo justito.  Simbolizan eso: los que van de justitos por la vida, ni se esfuerzan, y pasan desapercibidos.
 
 
 

4. Pero los hay que deciden caminar con constancia, paso a paso, disfrutando del paisaje, del camino, pero sin pararse. Esos son los que se calzan las botas de trekking, preparadas para afrontar las dificultades, pero también para lo llano. Al principio pueden parecer incómodas (como la Cuaresma), pero después tu pie y la bota se van haciendo uno, de modo que el camino se va haciendo, a pesar de la dureza y la intensidad, cada vez menos complicado. Los que se calzan las botas reconocen sus limitaciones, reconocen que sus pies, solos, no pueden con todo.
 
 
- ¿Con qué tipo de calzado te gustaría caminar por la vida?
- ¿Nos preparamos para la reconciliación?
 
Cerremos los ojos y, en silencio, pidamos a Dios que nos ayude a caminar, a levantarnos, a vencer las dificultades y a dejar que sea Él el que guíe nuestros pasos. Necesitamos de su fuerza y ¿qué mejor que recibirla a través de los SACRAMENTOS?
 
 
ORACIÓN:
 
Señor, te pedimos:
decisión para nuestros pasos;
entrega en nuestros gestos;
fortaleza en las decisiones que tomemos;
alegría en medio de las dificultades;
constancia en el cansancio;
capacidad de levantarnos en las caídas;
dejarnos sorprender por ti;
abrir nuestro corazón a tu Palabra;
luz para el camino.
Que seas Tú, Señor, el que acompañe nuestros pasos.
Señor, queremos, caminar CONTIGO. Amén.
 
 

 
 
MIÉRCOLES, 06 ABRIL 2022
 
REFLEXIÓN:
            Del mensaje del Hermano Roger Schutz a los jóvenes
 
            Un hombre llamado Nicodemo fue a visitar a Jesús de noche. De él aprendió que, a menos que no se nazca de nuevo, nadie puede ver las realidades de Dios. La reconciliación y el perdón se cuentan entre esas limpias fuentes que abren a un nuevo nacimiento.
 
El que busca una reconciliación con toda su energía descubre que hay un antes y un después. 
 
Hay un antes para quién, herido por demasiadas humillaciones, piensa: yo no consigo perdonar y reconciliarme. Sin embargo, un día se dirá: si rechazo el perdón, ¿qué puedo reflejar de Cristo? Y cuando llega a una reconciliación, busca más comprender que convencer por medio de argumentos.    
  
Hay un después cuando, habiéndose reconciliado, experimenta un nuevo nacimiento.
- Si nos dejamos revestir por el perdón como por un vestido, presentiremos una transfiguración de nosotros mismos.
- Si el amor que reconcilia llegara a ser una brasa ardiente entre nosotros….
- Si la compasión del corazón estuviera al comienzo de todo......
- …a nuestro alrededor se irradiaría, incluso sin darnos cuenta, una transparencia del Evangelio...  y se iluminarían estas palabras: ¡Ama y dilo con tu vida!
 


 
ORACIÓN
 
Te damos gracias, Señor, porque siempre eres grande con nosotros.
 

En estos días tú nos convocas para que reconozcamos nuestra realidad y volvamos a los caminos de la paz.
 
Confesamos Señor, que, como niños pequeños, queremos caminar solos y corremos hacia el peligro, marchamos por sendas que no son tus caminos.
 
Pero tú, Dios de bondad, gritas y sales al encuentro para que volvamos sobre nuestros pasos.     
 
Gracias te damos, Señor, Dios santo por tu continua palabra de invitación a que seamos, como tú, santos.
 
 
 
 
JUEVES, 07 ABRIL 2022
 
REFLEXIÓN:
 
¿Cuántas veces nos sentimos sobrepasados? ¿Cuántas veces pensamos no tener fuerzas?
Aprendamos a vivir colgados de Él, que sea Jesús, quien nos sostiene, quien nos anima y nos da fuerza. Aprendamos a abandonarnos en Él y que sea el amor en todo momento el motor de nuestro día a día ...de nuestras decisiones... de nuestros actos. Amor que decide más allá de ti mismo y se entrega sin vuelta.
Porque como él mismo nos enseña cada día: 
 
Yo estoy contigo, en lo que venga,
voy a cuidarte, te alzaré cuando caigas,
voy a cuidarte, te alzaré cuando caigas,
siempre puedes empezar de cero, yo lo hago todo nuevo
anda… levántate y anda...
 


 
¡Anda… LEVÁNTATE Y ANDA!
No tengas miedo, tú no te rindas, no pierdas la esperanza,
no tengas miedo, yo estoy contigo, en lo que venga
y nada puede ni podrá el desconsuelo retando a la esperanza,
anda… levántate y anda.
 
No tengas miedo, no desesperes, no pierdas la confianza,
no tengas miedo, yo voy contigo siempre y a donde vayas,
no dejes que envejezca un solo sueño cosido alguna almohada,
anda… levántate y anda.
 
No tengas miedo, yo te sujeto solo confía y salta,
no tengas miedo, voy a cuidarte te alzaré cuando caigas,
siempre puedes empezar de cero, yo lo hago todo nuevo,
anda… levántate y anda.
 
Tú eres mi sueño y mi causa no piense que voy a dejarte caer,
voy a despertarte y estaré a tu lado para que cada día sea un nuevo renacer,
para que tengas vida anda… levántate.
 
 
- Elige la frase que quieras para que guie tu camino en este último tramo del curso.
 
Y le pedimos a María, que estuvo junto a Jesús en todo momento, que nos ayude y no nos deje de su mano.
Dios te salve, María…
 
 
 
VIERNES, 08 ABRIL 2022
 
Otro año más. Llega de nuevo la Pascua. Y, con lo de que son los días más importantes del año para los cristianos, parece que nos repitamos. Pero no. Cada celebración de la Pascua (de año en año, de semana en semana, y los que llevamos...) nos renueva. En cada celebración de la Pascua deberíamos dejarnos renovar, por dentro y quizá incluso por fuera. Cuando alguien renueva su vida se le nota hasta en su aspecto.
 
El camino de renovación lo recorremos de la mano de Jesús. Con él, entraremos en Jerusalén. Veremos cómo lava los pies a sus discípulos. Recibiremos de él el memorial de su muerte. Con Pedro le seguiremos de lejos en su pasión. Adoraremos el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la Salvación del mundo. Y, en la noche más santa, con Jesús, reviviremos el paso del Mar Rojo del bautismo, guiados por él mismo, la “columna de fuego" que va delante de nosotros. Con Jesucristo seremos sepultados (él en el sepulcro, nosotros en el agua); con él, el resucitado de entre los muertos, emprenderemos una nueva vida.
 
En el centro, una noche. La más hermosa del año. La noche de Pascua. Aquella noche cuando más se manifiesta el amor de Dios por todos los hombres y mujeres. La noche dichosa que “ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos”. La noche “en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino”.
 

 

 
Comenzábamos este tiempo de Cuaresma con la celebración de la ceniza y esta canción…
Hoy llegamos al final y volvemos a gritar que es TIEMPO DE RESUCITAR:
 



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